Quienes hemos vivido una pena, un dolor muy grande, un desamor, un periodo de fuerte estrés sabemos lo que es sentir el corazón roto. Es una sensación de vacío, como un hueco en el pecho que, hoy se sabe, impacta seriamente la salud física de este órgano.
Científicos como el cardiólogo Sandeep Jaguar, autor de Heart: A History, echan abajo los viejos tabús materialistas que consideran y reducen al corazón a una bomba muy eficiente, sin relación con las emociones. Él afirma que: “El estrés emocional es un asunto de vida o muerte”.
El corazón, a lo largo de la historia del ser humano ha estado ligado con las religiones, la filosofía, el arte, la poesía y demás. ¿Qué imagen asocias con el amor? Es curioso observar que la forma del corazón la encontramos en la naturaleza repetidas veces, en las hojas de árboles, en las flores, en las semillas y mil cosas más.
Pues este órgano ha sido continuamente un símbolo de la vida emocional excepto para la ciencia. Antes del siglo xviii, la era de la razón, las culturas antiguas sabían que el corazón era el asiento del alma, nuestra conexión con Dios o poder superior, el origen de la moral y la sabiduría. Sin embargo, a partir de entonces se canceló todo aquello que no fuera pesable, medible o comprobable, tendencia que continúa hasta hoy.
Sindróme de Tako-tsubo o corazón roto
¿Has escuchado algo sobre este síndrome? De acuerdo con Jaguar, cuando una persona vive estrés emocional muy fuerte, la forma física de su corazón cambia.
El término se debe al nombre japonés que se le da a la silueta de una vasija, pues se asemeja a la forma que el corazón toma en dichas situaciones. Esta modificación puede causar arritmias serias, fallas cardiacas temporales o incluso la muerte.
Todos hemos sabido de parejas amorosas que han compartido toda una vida y que cuando uno de los integrantes fallece es seguido por el otro al poco tiempo. Pues resulta que los estudios revelan que hay varias situaciones que también son causa de dicho síndrome, como las disputas domésticas, el estrés en general, las pérdidas económicas, las rupturas amorosas, los desastres naturales y hasta ¡las fiestas sorpresas de cumpleaños! Aunque, curiosamente, en casos como este último, el corazón se ensancha en la parte media, no en la superior con lo que en realidad adquiere una forma distinta.
Por otro lado, el fisiólogo Walter Cannon, realizó en 1942 una investigación en tribus de nativos sobre las “muertes budus” causadas por un fuerte shock emocional –casi siempre debido al miedo, a la creencia en un mal supernatural o por haber roto con alguna prohibición–, que les causaba la muerte en un periodo de 24 horas. Cannon explica que el miedo causa tal contracción en los vasos sanguíneos que el volumen de sangre disminuye considerablemente; lo cual hace que la presión sanguínea se desplome y el corazón se debilite por falta de oxígeno.
Sí: las muertes por pena, dolor, estrés, miedo, desamor son reales. Y si bien la ciencia ha estudiado y logrado un gran conocimiento de las cualidades físicas del corazón y llevado a cabo grandes inventos para mejorar su salud, como son los stents, los marcapasos, los desfibriladores, los transplantes y diversas cirugías maravillosas, ojalá pueda incluir en su visión a ese otro corazón: el místico, extraordinariamente sensible a las emociones, imbuido de sabiduría, belleza y significado; para dejar de verlo como una simple “bomba eficiente” susceptible de ser controlada y manipulada. Creo que así se lograría avanzar más en la ardua tarea de curar el corazón.